El secuestro de la madre del periodista Iván Escudero, de Panamericana Televisión, es una escalada en el deterioro de la situación de la seguridad de la prensa y de la libertad de expresión en el Perú. Aunque la persona en cuestión ya se encuentra a buen recaudo, el Consejo de la Prensa Peruana exige la más seria investigación del caso.
El hecho, ocurrido en Huaraz, está vinculado estrechamente a la labor de Escudero, quien recientemente fue amenazado: un sujeto ingresó al edificio donde reside y dejó fotografías del periodista y familiares en tono de amenaza. Escudero ha realizado investigaciones y denuncias periodísticas contra no pocos funcionarios públicos vinculados a casos de corrupción. Anteriormente, el periodista había sido detenido ilegalmente por la Policía por cubrir una protesta.
Desde hace años, el Consejo de la Prensa Peruana viene señalando que la inacción de las instituciones que deben velar por la libertad de expresión –como la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía de la Nación y el Poder Judicial– lleva a escaladas en las agresiones que sufren periodistas y medios de comunicación. Sucedió así en México, país donde un periodista es asesinado cada mes.
Tras este lamentable secuestro, ya no existe excusa para que el Estado no tome cartas en el asunto de la seguridad de la prensa. Es su obligación en su calidad de signatario de acuerdos internacionales que protegen las libertades de prensa y expresión.